Otro año más los carnavales han llegado a su fin.
Días de fiesta, sexo, drogas y rock and roll han finalizado. El resultado final fue muy positivo, en general. Otro año más las administraciones se han volcado, para que estas fiestas no defrauden. Se pudieron ver disfraces originales, nuevos muy trabajados, que eran dignos de ver.
No obstante, si hay un aspecto negativo muy importante, y es que parte de las tradiciones se pierden, los carnavales se han convertido en grandes fiestas, que han olvidado la razón de ser. Han acabado con tradiciones como las procesiones de carnaval, las persecuciones de cigarrones y pantallas etc etc. Está claro que estos pequeños detalles (algunos no tan pequeños) no deben desaparecer, deben permanecer de por vida para que nuestros nietos y bisnietos puedan recordarlo. Se debe seguir con la tradición de la harina, de las hormigas, los vinos peleones etc. Tenemos que pensar que estas pequeñas cosas son las que mas atraen a los turistas y las que nos diferencian de otros lugares también carnavaleros.
Días de fiesta, sexo, drogas y rock and roll han finalizado. El resultado final fue muy positivo, en general. Otro año más las administraciones se han volcado, para que estas fiestas no defrauden. Se pudieron ver disfraces originales, nuevos muy trabajados, que eran dignos de ver.
No obstante, si hay un aspecto negativo muy importante, y es que parte de las tradiciones se pierden, los carnavales se han convertido en grandes fiestas, que han olvidado la razón de ser. Han acabado con tradiciones como las procesiones de carnaval, las persecuciones de cigarrones y pantallas etc etc. Está claro que estos pequeños detalles (algunos no tan pequeños) no deben desaparecer, deben permanecer de por vida para que nuestros nietos y bisnietos puedan recordarlo. Se debe seguir con la tradición de la harina, de las hormigas, los vinos peleones etc. Tenemos que pensar que estas pequeñas cosas son las que mas atraen a los turistas y las que nos diferencian de otros lugares también carnavaleros.